sábado, 22 de abril de 2017

CÓMO LLAMAR A LA SUERTE

• Para conectarse con las corrientes positivas de la suerte, hay que liberarse de prejuicios y miedos. La verdadera suerte no tiene que ver con las supersticiones, ni con las creencias que fuerzan o aumentan las ataduras mentales, limitaciones que nos hacen depender de las cosas que puede rozar el absurdo.
• La suerte es una fuerza que actúa bajo leyes desconocidas. Para empezar a establecer una buena conexión con ella, lo primero es darse cuenta de que una actitud positiva atrae circunstancias del mismo tipo. El sentirse afortunado depende de uno, mucho más de lo que se cree.
• Calificar a la suerte de buena o mala depende de cómo vivimos los acontecimientos. La suerte es una corriente dúctil y tiene variantes. Para familiarizarse con sus reglas, tenga en cuenta que, si piensa que no tiene suerte seleccionará los hechos que confirmen está creencia la fortuna pasará de largo.
• Deje de quejarse y de sentirse culpable, la queja es otra forma de autosabotaje. La suerte también se disfraza de trampa envuelta en papel de regalo; para obtenerla, primero hay que habérsela ganado.
• Hay un curioso proceso, es la obtención de algo mucho más positivo de lo que originalmente se pretendía. Ocurre de forma inesperada y casi nunca se conocen las razones de por qué sucede. El sentido del humor y la curiosidad son excelentes aliados para atraerlo, implica muchos cambios de actitud, por ejemplo tomarse la vida con filosofía, poner a mal tiempo buena cara.
• También hay que estar muy atentos a las casualidades y a las coincidencias. Se dice que la casualidad no existe y que detrás de toda coincidencia hay un determinado mensaje, toques de atención sutiles, guiños de complicidad ante los que merece la pena estar atentos. El proceso puede producirse en cualquier momento y desencadenar un gran cambio.
• Las preocupaciones pueden inmovilizarnos. Malogran nuestra personalidad, desvastan el sistema nervioso y afectan a quienes nos rodean. Es un estado de ansiedad respecto a lo que va a ocurrir. En situaciones graves esto es casi inevitable, pero la mayoría de las veces es sólo un pernicioso hábito mental. Por tal motivo, el hábito de la preocupación debe ser erradicado.
• Una vez entendidos los pasos para atraer la suerte, hemos de convocar a la prosperidad., porque ése es el objetivo, mientras que la suerte es una aliada, un plus de ayuda en el camino para conseguirla.
• ¿Qué es ser prósperos? ¿Tener dinero? ¿Poder, bienes materiales? No necesariamente, el dinero el poder y los bienes materiales pueden perderse, o puede que uno haya nacido sin ellos. Sí se puede ser pobre pero próspero y se puede ser rico sin tener prosperidad. No lo olvide: la prosperidad es una actitud espiritual que atrae dinero, abundancia y bienestar. Es ella quien llama al dinero y no a la inversa.
• Si la prosperidad es la fuerza espiritual capaz de atraer dinero a nuestras vidas, la imaginación y la voluntad son las herramientas para conseguirlo. Sin ellas dos, poco se hará o lo que se haga poco durará en el tiempo. ¿Y que pasa cuando nos arruinamos y perdemos todo? Cómo volveríamos a recuperarlo si no fuéramos imaginativos y tuviéramos la fuerza interior para conseguirlo? No lo olvide, los hombres más ricos, lo son en imaginación y voluntad: son ellas las que les han aportado su fortuna. Ellas son el principio del cual se parte y, al que se vuelve una y otra vez. Sin ellas, nada es posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario