sábado, 29 de abril de 2017

ÁNGELES QUE CURAN PENAS DE AMOR


Cómo invocar a los seres de luz para olvidarte del pasado y amar con libertad.
Si estás solo, si perdiste el afecto que te unía a quien amas, si quieres  olvidar y perdonar, si padeces alguna injusticia o abuso, o si hay alguien  entrometido que molesta; no importa. Los Seres de Luz se han acercado para restaurar esa unión y atraer al ser que buscas.
No siempre tenemos la fortuna de ser correspondidos en el amor o de llevar una vida de pareja feliz. Muchas veces, se ciernen sombras sobre las relaciones amorosas. Dudas, infidelidades, abandonos o pérdidas irreparables producen penas de amor y corazones rotos.
Quienes han sufrido estos avatares desafortunados suelen quedar abatidos, desesperanzados y amarrados a un pasado que es mejor dejar atrás.
¿Cómo lograr un cambio positivo que permita recuperar la esperanza en el amor verdadero y sanar las heridas del corazón? El primer paso es abrirse a las creencias que, durante siglos, propagan las principales religiones del mundo: la existencia de seres luminosos superiores que esperan ser invocados para acudir en nuestro auxilio.
El cristianismo, el judaísmo y el islamismo, las tres religiones monoteístas más importantes, incluyen a los ángeles en sus doctrinas. Pero, no son las únicas, también en otras culturas se reconoce a estos seres como ayudantes fieles del hombre. Los ángeles siempre estuvieron encargados de guiar a la Humanidad para elevarla a planos superiores de conciencia y aliviar sus pesares.
Descubrir a los ángeles y conectarte con ellos te permitirá dejar atrás la soledad, además de darte fuerzas para emprender un camino de amor y paz. Un sendero que te llevará a alinearte con aquellas personas que estén sintonizadas con esas energías positivas.
LA CONEXIÓN ANGÉLICA
La palabra “ángel” deriva del vocablo griego angelos, que significa “mensajero”. Ellos son el nexo entre Dios y los hombres y, dentro de sus tareas, está la de ayudarnos para que podamos elevarnos espiritualmente y lograr ser felices.
Estos seres superlumínicos poseen vibraciones muy elevadas. Es por eso que la mayoría de las personas, salvo los niños, no pueden percibirlos con facilidad. De ahí que, para lograr una conexión efectiva con ellos, sea necesario ampliar nuestra conciencia angélica. Afortunadamente, es más simple de lo que se cree. Una persona puede conectarse con un ángel simplemente invocándolo “de corazón”. Ofreciéndole, incluso, aquello que lo preocupa, como sus penas, soledades y angustias. Más allá de los sentidos, los ángeles “ven” con el espíritu y elegirán cualquier forma para manifestarse, precisamente, porque carecen de ella. No son personas ni objetos sólidos; sino espíritus puros y no tienen forma ni cuerpo. Están compuestos por vibraciones invisibles, pero poderosísimas del más puro Amor. Es por eso que son los más indicados para sanar heridas emocionales.
ÁNGELES Y MAGIA CABALÍSTICA
Aunque parece un contrasentido relacionar a los ángeles -que son seres derivados de la divinidad- con la Magia, es importante recordar que la Magia Blanca es precisamente aquella que acude al auxilio de los seres de luz (la Virgen, santos, ángeles, etc.) para potenciar sus rituales.

De hecho, los rituales religiosos (teurgia) no son sino expresiones de Magia Blanca. Dentro de las diversas ramas este tipo de magia, existe una llamada Magia Cabalística. Según sus enseñanzas, hay ciertos ángeles que poseen una fuerza y un poder especial: son los llamados “Ángeles Cabalísticos”, “Ángeles de los Quinarios” o “Genios de la Cábala”.
Estos ángeles, que pertenecen a la cábala judeo-cristiana y eran reconocidos antiguamente por la fraternidad de los esenios, son 72 y forman par te de la legión de espíritus angélicos destinados a diversas labores, entre ellas, colaborar con el hombre.
Los Ángeles Cabalísticos rigen un tiempo especial durante el año y, por ello, están directamente relacionados con la Astrología. Cada persona posee la regencia de 3 ángeles de este tipo según el día en que haya nacido. No obstante, puede invocar a cualquiera de los 72, de acuerdo a sus necesidades personales.


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