Se cuenta la
historia de una joven universitaria que acudió de madrugada a su habitación
para llevarse algunas de sus cosas antes de volver a marcharse y pasar la noche
junto a su novio. Ella entró pero no encendió la luz ya que su compañera estaba
durmiendo. Anduvo varios minutos por el cuarto a oscuras buscando algo de ropa
y algunos libros, finalmente salió.
Al día
siguiente, cuando regresó, se encontró a la policía. Le preguntaron si ella
vivía allí y contestó que sí, le dejaron pasar y se encuentra en la pared
escrita con sangre estas palabras “Suerte que no encendiste la luz”. Su
compañera había sido asesinada la noche anterior estando ella en la habitación.
Esta
historia cuenta con muchas variantes y se conoce desde hace más de 40 años en
EE.UU. El tema es repetitivo y recurrente en colegios y universidades y
pretende alertar a los adolescentes de ciertos peligros mundanos que pueden
sucederles cuando se apartan de sus obligaciones o infringen ciertas normas.
Así, una veces la protagonista se marcha a dormir con su novio ( infringen una
norma moral) o a una fiesta cuando al día siguiente tiene un examen (no atiende
a sus obligaciones).
No hay comentarios:
Publicar un comentario