CONEXION DE LOS NIÑOS Y LOS FENOMENOS PARANORMALES
Existe un vínculo especial entre los niños y los fenómenos paranormales. Muchos afirman que esta comunicación “especial” se atribuye a la inocencia y sobre todo por no tener miedo a las cosas que no entienden, mientras que una persona adulta, se mostrará con miedo a lo desconocido actuando en consecuencia. En muchos casos existe una explicación lógica, pero en otros muchos casos los niños acceden a planos que los adultos no pueden o no quieren creer.
Los padres de un niño que es capaz de ver, sentir, oír la actividad espiritual, en muchas ocasiones se producen situaciones verdaderamente traumáticas especialmente si los padres son incapaces de percibir esos fenómenos por ellos mismos. Expertos parapsicólogos afirman que una vez que dejamos la niñez muchos de nosotros decidimos de forma inconsciente “cerrar” el acceso a esta capacidad. Algunos expertos psíquicos afirman que parte de esta culpa recae en la sociedad en la que vivimos. Se podría decir que los niños están comunicándose con otras realidades.
Los padres de un niño que es capaz de ver, sentir, oír la actividad espiritual, en muchas ocasiones se producen situaciones verdaderamente traumáticas especialmente si los padres son incapaces de percibir esos fenómenos por ellos mismos. Expertos parapsicólogos afirman que una vez que dejamos la niñez muchos de nosotros decidimos de forma inconsciente “cerrar” el acceso a esta capacidad. Algunos expertos psíquicos afirman que parte de esta culpa recae en la sociedad en la que vivimos. Se podría decir que los niños están comunicándose con otras realidades.
La conexión paranormal desde el nacimiento
Muchas personas afirman haber visto a un bebé en su cuna mirando a un punto en concreto, como si estuvieran observando “algo” invisible. Ciertos psíquicos explican que cuando un niño llega a este mundo se dice que han estado “cerca del más allá”, desde el otro lado. Los niños nacen con su tercer ojo bien abierto, el chacra en el centro de la frente. Este chacra le permite a los recién nacidos estar en comunicación con otra dimensión. Los bebés y los niños pequeños no están expuestos a ningún tipo de manipulación referente a los fenómenos paranormales lo que les hace tener esta cualidad considerada “tan especial”. Algunos niños incluso llegan a tener “amigos imaginarios” con quienes hablan y juegan. Los adultos tienden a pensar que el niño sólo tiene una imaginación hiperactiva, cuando en realidad, lo más probable es que estos niños están realmente interactuando con algún tipo de espíritu.
Pero a medida que el niño crece, se ven expuestos a las manipulaciones de la sociedad, olvidando todo cuanto llegaron a ver, oír y escuchar desde el más allá y no pudiendo volver a “ver” más allá de la supuesta realidad que nos han inculcado, incluso llegando a pensar que todo lo desconocido es fruto de la imaginación y de la mera coincidencia. No queriendo ir en contra de la sociedad, el niño comienza a cerrarse y a convencerse de que lo que están viendo u oyendo no forma parte de la realidad, para perder en su totalidad sus capacidades psíquicas. Muchas personas describen sus experiencias paranormales de cuando eran niños, pero en muchas ocasiones nunca hablan. Al no comentar esas experiencias con otras personas que comprendan lo que les ha sucedido no saben cómo procesar o comprender, y mucho menos saber qué hacer sobre ello. Pero otro punto a tener en cuenta es que en otras ocasiones las experiencias no eran muy agradables, ya que la comunicación con el más allá conlleva la apertura a diferentes “seres” pudiendo causar miedo y mucha angustia en la vida del niño, así como la de los padres.
Las razones por las que los niños comienzan a perder estas habilidades. Una de las principales razones del porque muchos niños pierden esta capacidad de ver y escuchar a los espíritus, es debido a que no hablan de estas cosas con sus padres u otros familiares, por el miedo de que se les diga que todo es fruto de su imaginación.
Muchas personas afirman haber visto a un bebé en su cuna mirando a un punto en concreto, como si estuvieran observando “algo” invisible. Ciertos psíquicos explican que cuando un niño llega a este mundo se dice que han estado “cerca del más allá”, desde el otro lado. Los niños nacen con su tercer ojo bien abierto, el chacra en el centro de la frente. Este chacra le permite a los recién nacidos estar en comunicación con otra dimensión. Los bebés y los niños pequeños no están expuestos a ningún tipo de manipulación referente a los fenómenos paranormales lo que les hace tener esta cualidad considerada “tan especial”. Algunos niños incluso llegan a tener “amigos imaginarios” con quienes hablan y juegan. Los adultos tienden a pensar que el niño sólo tiene una imaginación hiperactiva, cuando en realidad, lo más probable es que estos niños están realmente interactuando con algún tipo de espíritu.
Pero a medida que el niño crece, se ven expuestos a las manipulaciones de la sociedad, olvidando todo cuanto llegaron a ver, oír y escuchar desde el más allá y no pudiendo volver a “ver” más allá de la supuesta realidad que nos han inculcado, incluso llegando a pensar que todo lo desconocido es fruto de la imaginación y de la mera coincidencia. No queriendo ir en contra de la sociedad, el niño comienza a cerrarse y a convencerse de que lo que están viendo u oyendo no forma parte de la realidad, para perder en su totalidad sus capacidades psíquicas. Muchas personas describen sus experiencias paranormales de cuando eran niños, pero en muchas ocasiones nunca hablan. Al no comentar esas experiencias con otras personas que comprendan lo que les ha sucedido no saben cómo procesar o comprender, y mucho menos saber qué hacer sobre ello. Pero otro punto a tener en cuenta es que en otras ocasiones las experiencias no eran muy agradables, ya que la comunicación con el más allá conlleva la apertura a diferentes “seres” pudiendo causar miedo y mucha angustia en la vida del niño, así como la de los padres.
Las razones por las que los niños comienzan a perder estas habilidades. Una de las principales razones del porque muchos niños pierden esta capacidad de ver y escuchar a los espíritus, es debido a que no hablan de estas cosas con sus padres u otros familiares, por el miedo de que se les diga que todo es fruto de su imaginación.
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