CADA VEZ QUE JUZGAMOS A ALGUIEN
Cada vez que juzgo a alguien estoy confundiendo su verdadera identidad, el espíritu con un disfraz que interpreta, el ego. Y al hacerlo, me estoy identificando yo a mí mismo también con un disfraz, el ego, percibiendo según me dicta mi pasado del cual creo depender para conocer. Desde esa interpretación, hago una condena que abarca al otro, a mi, y a todo el mundo que veo. Y me creo aprisionado por las propias ideas que defiendo: el pasado.
El perdón soluciona esta distracción crucial, al permitirme ser ayudado por mi verdadero Ser para que mi corazón, la conciencia, que recuerde lo que es el otro, lo que eres tu y lo que es este mundo. El perdón es la elección de liberar el presente.
El perdón soluciona esta distracción crucial, al permitirme ser ayudado por mi verdadero Ser para que mi corazón, la conciencia, que recuerde lo que es el otro, lo que eres tu y lo que es este mundo. El perdón es la elección de liberar el presente.
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