También conocido como cuerpo
causal, es el que mayor frecuencia de vibración tiene. En personas que aún son
inconscientes en el plano espiritual, se extiende alrededor de un metro. Por otro lado, el cuerpo y el aura de personas totalmente despiertas, puede irradiar
varios kilómetros.
La experiencia de la luz, de la
plenitud y del amor que puede llenarte en la cercanía de un maestro, pierde su
intensidad tan pronto como sales del área de su aura.
Irradian los colores más suaves,
que al mismo tiempo poseen una fuerza lumínica profunda.
Fluye incansablemente la máxima y
más radiante energía hacia el cuerpo espiritual. Va transformándose en
frecuencias menores, inundando el resto de cuerpos no materiales, aumentando
sus vibraciones. Nos une con el ser puro y divino.
Este cuerpo es una parte divina que
hay dentro de cada ser, es inmortal y perdura a toda la evolución.
Solo a través de este cuerpo
podemos conocer la verdadera razón de nuestra existencia y comprender el
auténtico sentido de nuestra vida. Esta, cobra una calidad completamente nueva.
Nuestra vida manifiesta la sabiduría, la fuerza, la bendición y el amor
universal, que representan las cualidades naturales de nuestro yo supremo.
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