martes, 27 de octubre de 2015

EL CUERPO EMOCIONAL Y SU AURA

Es denominado también cuerpo astral. Es el portador de nuestros sentimientos, emociones y de las cualidades de nuestro carácter; ocupa el mismo espacio que el cuero físico, aproximadamente.
Se presenta como una sustancia nebulosa que se mueve caótica y desordenadamente, en todas direcciones. Cuanto más desarrollada esté una persona en la definición de sus sentimientos, sus simpatías y sus cualidades; tanto más claro y transparente se mostrará su cuerpo emocional.
El aura del cuerpo emocional presenta una forma ovalada y puede extenderse a varios metros de distancia entorno a la persona. Toda emoción se irradiará en su aura a través del cuerpo emocional.
Junto con el carácter fundamental se reflejan como los colores esenciales permanentes del aura, cada sentimiento instantáneo, cada estímulo del ámbito emocional, se reflejará en este aura.
Ningún otro cuerpo no material tiene marca su aura con tanta fuerza como el cuerpo emocional la visión del mundo y de la realidad.
Se hallan almacenadas, entre otras, todas las emociones no liberadas, las angustias y agresiones, conscientes o inconscientes.
Las sensaciones de soledad, rechazo, falta de autoconfianza, etc, emiten sus vibraciones a través del aura emocional iguales al entorno y se unen con ellas.
El pensamiento consciente y los objetos materiales del cuerpo mental tienen poca influencia sobre el cuerpo emocional, que sigue sus propias leyes.
Así, por ejemplo, una persona puede aspirar conscientemente al amor o el éxito, e inconscientemente irradiar unas frecuencias energéticas contradictorias, de celos o falta de autoconfianza, que impiden que consiga su objetivo consciente.
Las estructuras emocionales continúan existiendo a través de las diferentes encarnaciones, siempre que no se liberen.
Las experiencias no liberadas almacenadas en el cuerpo emocional determinan, en gran medida, las circunstancias de la nueva vida.
Debemos cesar, inmediatamente, de vernos en el papel de víctimas y de atribuir nuestras miserias y debilidades a otras personas. Tenemos gran parte de nuestro destino en nuestras manos y podemos empezar a cambiar nuestra vida, cambiándonos a nosotros mismos.
La mayoría de los nudos emocionales se encuentran en la zona del chakra del plexo solar. Nos proporciona el acceso más directo a nuestras estructuras emocionales a través de la vivencia inmediata.
Una disolución de las estructuras emocionales sólo puede producirse a través del cuerpo espiritual, que manifiesta la sabiduría, el amor y la bendición de nuestro yo superior, permitiendo, al mismo tiempo, conocer las relaciones interiores partiendo de la visión universal de dicho yo. Este vínculo se establece a través del chakra del corazón y del chakra coronal.
El yo superior nos indica que tenemos que recorrer determinadas experiencias sólo para comprender qué sentimientos y acciones tienen como consecuencia una separación de la mente divina original, causando el sufrimiento; y para comprender y aprender a entender las leyes cósmicas del equilibrio natural. Hoy nos consideramos víctimas, en anteriores vidas, posiblemente fuimos los autores.
Cuando las vibraciones de nuestro cuerpo espiritual se unen con las del cuerpo emocional, este comienza a vibrar más rápido y empieza a expulsar las energías negativas almacenadas, que tienen frecuencias menores. Con ello, perdemos el recuerdo emocional de estas experiencias y podemos perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.
A medida que va aumentando la disolución de las emociones estancadas, el cuerpo comienza a irradiar profundos sentimientos de amor y alegría incondicional. El aura comienza a emitir colores más claros, intensos y transparentes; y los mensajes que emite al entorno atraen la felicidad y el amor.

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