martes, 12 de enero de 2016

LUNA, LUNERA, CASCABELERA

Siempre he tenido fascinación por la luna, sus fases y el efecto que ella ejerce sobre las personas, por eso, cuando me propusieron redactar un artículo, no dudé que era el tema que quería tratar.
Antes de entrar en profundidad, me gustaría dar ciertos datos para entender mejor este fenómeno.
Las fases lunares se producen por la interacción entre los movimientos del sol, la luna y la tierra. En un año la luna realiza trece recorridos en torno a la tierra. Cada lunación o ciclo tiene una duración de 28 días al igual que el periodo menstrual de las mujeres. Por eso la luna ha estado siempre vinculada con el sexo femenino y multitud de culturas la adoraban durante los cultos de fertilidad en la antigüedad.
Conocemos cuatro tipos de fase lunar, que son la Luna Nueva, Cuarto Creciente, Luna Llena y Cuarto Menguante, pero hay infinitas fases intermedias a las cuales la tradición no les ha puesto nombre.
Está presente la creencia de que la luna afecta a nuestro comportamiento, altera nuestros estados de ánimo etc…
Por ejemplo, durante la Luna Llena o Nueva, la luna ejerce una atracción sobre la tierra más potente y se observa un aumento de la actividad mental. Además, la Luna Nueva es el mejor periodo para desintoxicar el cuerpo. 
Sin embargo, podemos decir que la Luna Creciente es ideal para todo lo que tenga que ver con aumentos, con crecimiento, con nacimiento, y la Luna Menguante ayuda a disminuir todo lo que hagamos. Seamos conscientes de estas energías para tener la luna de nuestra parte en los proyectos que emprendamos.
Según la RAE, cuando decimos «Eres un lunático», nos referimos a alguien que padece locura por intervalos, como las fases lunares, si esto es así… yo soy lunática.

¡SEAMOS TODOS LUNÁTICOS!


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