Las peores experiencias te transforman en un ser más fuerte.
El miedo, la inseguridad, que te rompan el corazón, etc tienen una influencia
mucho más fuerte de lo que puedas imaginar.
Hay momentos en los que nuestro corazón late a otro ritmo, y
de repente, todo parece ir en dirección contraria a la deseada. Nos sentimos
absolutamente perdidos. Todo parece salir mal y creemos que ya no estamos tan
preparados como pensábamos. Como si todo se viniese abajo y un enorme peso
cayese sobre nosotros. Perdemos la alegría, la energía y la motivación para
seguir adelante. Sin embargo, no sabemos que para que la vida mejore, hay que
pasar lo peor. Que para que salga el arcoíris primero tiene que llover.
Erróneamente, creemos que pasar una mala experiencia nos hace
más débiles. Está claro que después de que te rompan el corazón no vuelves a
ser el mismo, pero aprendes a elegir mejor tus relaciones. Aprendes a reconocer
las relaciones tóxicas o las que jamás podrán hacerte feliz (aunque a veces
cuesta porque tus sentimientos son fuertes y confías en que esa persona pueda
cambiar… pero no). Tienes miedo ¿y quién no?, pero sabes que nada podrá hacerte
tanto daño como la primera vez, ya aprendiste la lección. Al principio piensas
que el amor duele, que no quieres volver a sentirlo. Pero cuando pasa el tiempo
descubres que no es así, que el amor no duele. Que es una sensación
maravillosa, capaz de sanar heridas del pasado, que el mundo necesita amar para
existir. Y todo esto te hace más fuerte.
Sientes miedo, pero eres lo suficientemente valiente para
afrontarlo, y ya nada te hará sentir así. La forma en la que afrontes estas
situaciones, te definirá, te moldeará, aprenderás. Te haces más fuerte.
Empiezas a comprender cada movimiento,
como un manual de instrucciones (aunque siempre existen las excepciones) pero
es un manual diseñado por y para ti. Las heridas sanan, pero quedan cicatrices.
Se vuelven heridas de guerra que demuestran lo fuerte que eres. Guerras que
ganaste.
Estas malas experiencias te abren los ojos y te muestran el
mundo como es.
La vida te dejará ser feliz, pero primero te hará fuerte.
Después de muchas batallas, aprendes que las cicatrices
enseñan, pero descubres que las caricias, también.
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