El unicornio tiene infinidad de historias para contar, sobre todo
relacionadas a su magia y pureza. El cuerno blanco que sobresale de su frente y
su belleza han estado presentes desde tiempos remotos. A diferencia de otras
criaturas míticas, se creía (y se cree) que era un animal real.
Su figura furtiva y los rumores de su existencia comenzaron en los cuentos
de china hace aproximadamente, unos cinco mil años. Para ellos, este ser era un
presagio de buena fortuna y profeta de grandes cosas y enseñanzas. Se cree que
el unicornio predijo el nacimiento de Confucio al aparecerse ante su madre con
una piedra de Jade ne la boca.
En la India, se dice que este animal salvó al país de una invasión de
Gengis Kan, un conquistador mongol. Mientras, en Japón hay numerosas
representaciones del unicornio en pinturas antiguas.
La primera mención de un unicornio en la cultura occidental es en Grecia.
Incluso Aristóteles era muy afecto a esta figura simbólica y, junto con
Alejandro Magno, puede tener parte de la responsabilidad de que este esquivo
animal haya adquirido tal fama posterior. El cristianismo lo adoptó como
símbolo de Cristo.
En la Edad Media es donde toma las características físicas que conocemos
hoy en día.
Normalmente, era representado como un caballo blanco, no muy grande; con
cola de león y barba de chivo. Patas traseras de antílope y un cuerno blanco en
forma de espiral que sobresalía en su frente. Se dice que su voz era
especialmente bella y melodiosa. Si cortesía y amabilidad eran tan extremas que
levantaba las patas muy alto al caminar para no pisar a las criaturas más
pequeñas en su camino.
Su cuerno fue un símbolo de pureza en la Edad Media, por esta razón fue un
ingrediente muy común en trabajos de medicina y alquimia. También se recetaba
como protección contra el mal
Además de su gracia y elegancia, se creía que el unicornio era muy fuerte e
imposible de atrapar. Solamente una doncella pura y virgen podría acercarse a
él y domesticarlo. Al ver una doncella, el animal se acercaría para recostar su
cabeza bajo el regazo de la joven. Todo aquel que tenga la suerte de cruzarse
con estos seres, debe sentirse honorable y saber que la fortuna lo acompañará
durante el resto de sus días.
Es una criatura única que habita en la línea divisoria entre lo real y lo
mítico, lo animal y lo divino. El hecho de que su figura haya aparecido en
diferentes culturas de distintos continentes y además que entre ellas no
existiese una gran conexión o conocimiento de las otras, sugiere que, tal vez,
se paseaba por los bosques del mundo para dejarse a duras penas ver y recostar
su cabeza sobre alguna joven pura.
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