Es verdad que lo que nos ocurre en la vida viene determinado, en
gran parte, por lo que nosotros mismos hacemos. Nuestra actitud ante las
diversas circunstancias tiene mucha más importancia de la que, en muchas
ocasiones le damos. Por eso cuando nos encontramos en un espacio cargado de
buenas energías y paz, influye positivamente en nuestro devenir y en nuestras
relaciones con los demás.
Es posible construir en torno a
uno mismo un lugar lleno de buenas vibraciones, al igual que es posible hacer
lo contrario y encontrarnos en un espacio en el que las energías son negativas.
Para conseguir que éstas sean
positivas y beneficiosas para nosotros, lo que hay que hacer es incorporar una serie
de actitudes y de rituales a nuestro día
a día. Una vez nos hayamos familiarizado con ellos, haciendo que formen parte
de nuestra rutina, no nos costará trabajo llevarlas a cabo ni nos supondrá
ninguna molestia.
Afronta la vida con una sonrisa,
crea positividad
La forma en la que nos
enfrentamos a las situaciones, incluso a nuestro día a día, es importante a la
hora de construir a nuestro alrededor ese entorno de buenas energías que
anhelamos. Si pensamos continuamente que
algo va a salir mal a buen seguro que acabará por ser así. Sin embargo si nos
proponemos desde el principio que funcionará no sólo tendremos más
posibilidades de que salga bien, sino que también enfocaremos nuestro trabajo
de un modo que nos resultará más sencillo y llevadero.
Esta idea debe ir acompañada de otras como huir de los conflictos y de las personas
negativas, aquellas que son capaces de absorber todas las buenas energías que
podemos tener a nuestro alrededor y que son capaces de convertirlas en una nube de negatividad.
El ser positivo continuamente es
más fácil en la teoría que en la práctica, especialmente cuando se pasa por
momentos difíciles y delicados en los
que lo habitual es ver las cosas de
color negro en vez de color rosa. Por
eso hay que tener en cuenta que cargarnos de energías positivas es un proceso
que nos llevará algún tiempo, no es tan sencillo en ocasiones como se puede
creer, esta tarea no se podrá conseguir
en un par de días. Incluso puedes necesitar de varios intentos a la hora de
llevarlo a cabo y conseguir esa paz interior que tanto deseas. Hay que saber
que la paciencia está íntimamente
relacionada con la positividad. Debemos darnos tiempo a nosotros mismos y a
esas buenas vibraciones que esperamos atraer. No lo vamos a conseguir todo en
un día, pero con el tiempo obtendremos
los resultados buscados. En tu mano está
ser positivo
Nuestras propias vibraciones
La energía positiva, no nos
vendrá sola, no podemos “sentarnos” a esperar que nos llegue. Es muy importante
que nuestro cuerpo esté acorde con esa energía, por eso hay una serie de
hábitos, que debemos empezar a tener.
Hacer uso de la meditación es
fundamental para alcanzar esa paz interior. En los momentos de mas estrés, no
olvides realizar respiraciones pausadas.
Regula tu dieta: come más fruta,
verduras y cereales. A la vez que reduces la ingesta de grasas.
El agua limpia tanto las malas
energías como nuestro cuerpo. Se han de consumir importantes cantidades de este
líquido a diario a fin de mantenerlo limpio.
La limpieza interior y el orden
son muy importantes, aunque no hay que olvidar lo es la exterior. Podemos
atraer las buenas energías manteniendo una determinada colocación en nuestro
hogar y nuestro lugar de trabajo. Para ello podemos empezar aplicando el feng
shui a estos espacios en los que pasamos gran cantidad de tiempo día a día. Además
de procurar mantenerlos limpios y ordenados de manera diaria.
Hay toda una serie de objetos que
se han relacionado desde hace años con la buena suerte y que se les considera
como imanes para las buenas vibraciones.
Es por ejemplo, el caso de representaciones
de elefantes, siempre con la trompa hacia arriba, nunca hacia abajo, así como
los ángeles. Lo mismo ocurre con las herraduras a la entrada de las viviendas o
con la colocación de velas, que ya de por sí
crean un entorno mucho más acogedor.