sábado, 25 de agosto de 2018

Belfegor




Belfegor es uno de los llamados “Siete Príncipes del Infierno”. Él es el demonio que encama el vicio de la pereza y todas las conductas que de ella nacen. 

Belfegor tienta a los hombres induciéndolos al conformismo, a la parálisis ajena y evitando toda superación personal. También es un demonio asociado a los descubrimientos y los inventos ingeniosos. Él tienta a los hombres dotando de ingenio e implantando ideas a través de las cuales, puedan obtener riquezas fáciles y abundantes en desmedro de lo que sugieren la justicia y la honradez. 

Belfegor apareció a partir del dios “Baal-Peor”, el cual era un dios que los moabitas adoraban en el monte Fegor, siendo así (Baal del monte Fegor), razón por la cual luego se terminó comprimiendo el nombre del dios y de su lugar de adoración, dando origen al nombre “Belfegor” 

Según demonólogos del siglo XVI el poder de Belfegor se ampliaba en abril, bajo el signo de Aries. Para el obispo jesuita Peter Binsfeld, Belfegor es, dentro de los siete príncipes del infierno, el que representa el pecado capital de la pereza. 

Collin de Plancy, nos presenta a Belfegor como uno de los embajadores del infierno y representar a las Fuerzas de la Oscuridad en Francia. 

Belfegor, es también conocido como el “Señor de la Apertura”, y se lo ha representado de dos formas: La primera como una mujer joven y bella; la segunda es la forma como un demonio musculoso, de varios metros de estatura, con una barba larga, cuernos, unos pies de lobos y unas garras sucias y largas. 

Ciertos estudios han creído que, en sus orígenes, Belfegor estuvo asociado al dios greco-romano Príapo, un dios menor de la fertilidad, al cual se representaba con un enorme falo siempre erecto. 

En la Alemania medieval, los herejes veneraban a Belfegor a través de reuniones en casas grandes, dentro de las cuales apagaban la luz y luego hacían orgías en las cuales siempre había abundantes incestos de por medio. 

Cuenta una leyenda que Satanás, estaba intrigado por los rumores que habían llegado a él, sobre la existencia de la felicidad conyugal en la Tierra. Entonces envió a Belfegor para saber si esto era cierto. Belfegor, luego de pasar mucho tiempo investigando a los humanos, no solo llegó a la conclusión de que la felicidad conyugal era un mito sino que, además, llegó a pensar que la naturaleza humana, estaba plagada de una negatividad tal que imposibilitaba que se diera la convivencia armónica en esta.

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